Hay cosas en la vida, que a una le siguen dejando perpleja!! Y la historia de hoy es una de ellas.
Ya sabéis que los japoneses no son muy dados (por no decir nada) a invitarte a su casa. Y, en cuanto a invitar a los niñ@s a casa tampoco. Nosotros nos pasamos una buena temporada invitando a casa a dormir a amigas de Jimena y, hasta que la invitaron a ella, pasaron más de 6 meses; y sigue sin ser algo habitual, más bien esporádico, reducido a un “sleepover” en los cumpleaños.
De hecho, nosotros solo hemos estado comiendo o cenando en casa de los papás de una amiga de Jimena, que es mamá japonesa (desde luego no la típica) y papá alemán.
Yo estaba como loca por conocer una casa típica japonesa 100%, pero no había manera. Al final, el que la sigue la consigue (o eso creía yo). Conseguimos por fin, que nos invitaran a cenar a una, en la que toda la familia es japonesa, qué emoción!!!!
Hay que concentrarse en los detalles previos, que para ellos son tan importantes!!!!!! Debemos llevar un regalito. Bueno, como tienen dos niños pequeños, les compramos dos muñequitos preciosos que Jimena elige y los envolvemos con mucho amor!!!! Y habrá que llevar algo para la cena! “Typical Spanish…” Pues como nos habían quedado turrones y seguro que no los han probado nunca, allí los llevamos, para explicarles otra curiosidad de nuestra rica cultura occidental (por cierto, se los comían a dos carrillos).
Quedamos por la tarde para dar una vuelta con los niños. Fue una de esas tardes lentassss, aburridilla, de las que pasan sin pena ni gloria. No son muy habladores (los japoneses en general), les gusta disfrutar del silencio, todo muy tranquilo…, vamos, igual que nosotros.
Cuando se va aproximando la hora de la cena y nos disponemos a ir a su casa, aparece la primera sorpresa!!!! “Vamos a comprar la cena”, nos dice. Para alegría de Jimena, era Sushi lo que compramos.
Llegamos a su casa, que por cierto, no nos la enseñaron. Solo vimos el salón que estaba conquistado por los juguetes de los niños y, en un ladito una mesa de madera, pegada a la pared, llena de fotos de los niños apoyadas, que no se quitaron para cenar. Pusimos lo que habíamos comprado, más una bandeja de arroz que habían preparado para comerlo envuelto en algas, más nuestros turrones.
Y, aquí llega la traca final!!!! Preparados??????????? Nos dicen que les tenemos que pagar la mitad de la cenaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Os imagináis mi cara???
Los que me leéis desde el principio os acordaréis que vivimos una situación similar al principio, cuando nos invitó un japonés a la inauguración de su restaurante español y antes de entrar, también nos cobró la entrada!!!
Moraleja: no es lo mismo decir: te invito a mi casa para cenar que, te invito a cenar en mi casa. Aquí está claro que el orden de los factores si que altera el producto.
Ahora, las costumbres orientales dicen que tenemos que devolverles la invitación (por llamarlo de alguna manera, porque de invitación no tuvo nada) y, qué!!!, les cobro, la mitad del cocido????? En lugar de hacer lo mismo que ellos, aprovecharé esos magníficos silencios que hacen ellos para explicarles, que en España cuando se invita, se invita de verdad a todo y, que se queden tranquilos porque el cocido les va a salir gratis. Nosotros tenemos mucho que aprender de ellos, pero algo tendrán que aprender ellos de nosotros, no??? Y, de eso me voy a encargar yo!!!
Y para terminar, quiero aprovechar para felicitar a una de mis más fieles seguidoras, además de prima, que todas las semanas es la primera en leerme desde París y escribir siempre algo, porque el pasado sábado fue mamá por segunda vez de un niño precioso!!!!! MUCHAS FELICIDADES LORENA!!!! Y, felicidades al papá, hermanito, abuelos, tíos y prima.
Es un placer poder leerte cada semana. Y esta no iba a ser diferente. Gracias prima 🙏🏼 🙏🏼❤️
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Y cómo te dicen que tienes que pagar la mitad de la cena? Yo me moriría de la vergüenza!!! 🤔
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Pues tal cual!! No te creas que les tiembla el pulso o que se ponen nerviosos!!
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Silvia solo imaginar vuestra cara me da la risa 😂…está claro que cada cultura tiene sus cosas incomprensibles para otras culturas!! Uffff a mí particularmente esta me parece fea, fea!! Con lo que me gusta a mí disfrutar de una buena comida invitando o siendo invitada!!! Con tu cocidito van a flipar, y no te olvides de cobrarles para que no se ofendan! 🙈🙉🙊
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Imaginate, yo pensaba que no les había entendido y, luego por un momento pensé que era una broma. Tremendos…
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¿Y no descontaron nada por los dulces que llevasteis…Jeje?
¡Cuántas cosas nos separan de esa cultura!….Me encanta leerlas!
¡Gracias Silvia!
Tres besazos.
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Mas me gusta a mi, que tú las leas. Besos
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En serio????!!!! Dios q papelón!!! Sí que es verdad que tenemos muchas cosas que aprender de ellos..pero desde luego entre ellas no están ni la generosidad, ni la hospitalidad ni desde luego la alegría!
En esto tú eres la mejor embajadora Sil! 😘😘😘
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Lo intento, ya sabes, que de cabezona tengo un rato. Un besazo a los dos
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Madre mía Silvia que planchazo, más que japoneses parecen catalanes, jajajaja, bueno habrá que comprobar si es costumbre, o estos papás son muy cutres
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Imagínate la cara que se nos quedó!!
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